Investigación en el LHC
El LHC es el mayor y más potente de los aceleradores de partículas del mundo. Se construyó para entrar en un terreno desconocido más allá del Modelo Estándar. A pesar de su gran éxito explicando los bloques y fuerzas fundamentales de nuestro universo y de su fuerte confirmación experimental, el Modelo Estándar no es completo y no es capaz de abordar algunos misterios observados. Los experimentos del LHC pueden dar respuesta a cuestiones calientes como por qué las partículas adquieren masa o por qué el universo tiene más materia que antimateria.
Durante la fase inicial de las operaciones del LHC los físicos se están concentrando en cada partícula elemental conocida del modelo estándar. La mayor parte de ellas fueron redescubiertas con éxito en unas pocas semanas, por ejemplo, sistemas ligados de quarks y antiquarks ( Charmonio y Bottomonio, descubiertos originalmente en 1974 y 1977), quarks top pesados, no ligados ( descubiertos primero en 1995) y bosones W y Z (descubiertos en el CERN en 1983). A fin de descubrir de forma fidedigna nuevas partículas, en las interacciones protón-protón, se necesita asignar, sin ambiguedad, partículas conocidas a los sucesos de LHC. Esto es un verdadero reto para los físicos de partículas y lo convierte en una especie de ¡trabajo de detectives! Sin embargo, una vez que las partículas conocidas han sido localizadas e identificadas, se utilizan no solo para confirmar resultados previos sino también para mostrar como se comporta la física ya conocida en el entorno nuevo de alta energía del LHC. ¡ Y ésta es la clave para descubrir nueva física!
En nuestro estudio, el bosón Z – uno de los mediadores de las interacciones débiles, es la partícula de interés. Redescubriendo el Z en el LHC podemos aprender acerca de la física de altas energías, y de este modo esperamos descubrir ¡nuevos y excitantes fenómenos de la Naturaleza!